Reducir el impacto ambiental de nuestras acciones cotidianas es posible, ¡Incluso mientras viajamos y disfrutamos!
El cuidado del medio ambiente es una preocupación que, por suerte, va creciendo día a día en los hábitos y costumbres de muchísima gente en todo el mundo. Miles de personas –y contando- eligen cambiar su estilo de vida por otro más sostenible y amigable con el planeta, modificando de un día a la vez pequeñas cosas del cotidiano para así reducir el impacto.
Esto lleva a que cada vez más empresas, marcas y gobiernos adopten prácticas de protección y de reducción de contaminación, así como formas de producción que no generen tantos desperdicios. Naturalmente falta mucho por hacer y a un nivel mayor que el individual, pero tomar acción por nuestra cuenta es un enorme y beneficioso paso, que el planeta agradece.
Hay diversas formas de empezar a reducir nuestra “huella” en la Tierra. Si ya venís familiarizándote con el tema, posiblemente separes, recicles y reduzcas tu basura, compres productos ecológicos y artesanales, utilices más envases de vidrio, elijas cosmética natural y elementos de limpieza caseros.
Lo genial de todo esto es que, en muchos casos, podés hacer tus propios productos a base ingredientes que solemos tener en casa, y el mercado comienza a diversificarse de manera tal que podés encontrar opciones ecológicas muy interesantes en comida, ropa y calzado de pequeños y medianos productores, así como de algunas grandes cadenas.
Pero, ¿Te preguntaste cómo contribuir al cuidado del planeta…mientras estás de turista? A veces estamos tan acostumbrados a las lógicas de los hoteles, aviones y trenes que no logramos dimensionar. Además de empacar tu cepillo de dientes de madera y tu pasta dental orgánica: ¡Se pueden hacer muchas cosas más!
1) Nada de souvenirs “naturales”
Ni una caracola, ni un pedazo de madera, ni la más mínima piedrita. Mientras menos alteremos la escena natural, mejor. Esto también incluye saltearse las atracciones turísticas que involucren animales autóctonos encerrados. Si queremos traernos recuerdos, mejor apostar a la economía del lugar comprando productos artesanales que se elaboren de manera consciente y respetuosa.
2) ¿Ómnibus? Mejor en bici o a pie.
Al recorrer un lugar nuevo podemos optar por trasladarnos de formas que produzcan cero contaminación. Además, con la bicicleta o caminando podemos llegar a esas pequeñas callecitas o lugares imposibles para autos.
3) A menor distancia, transporte consciente.
Sin lugar a dudas tendremos que tomar un avión si queremos visitar un lugar que está lejos de nuestra casa, pero si estamos planeando hacer turismo en sitios más cercanos, podemos optar por trenes, óminbus o incluso carpooling –compartir coche- que consumen menos recursos que volar y nos transportan igual de bien. También podemos tener en cuenta las políticas de cuidado ambiental que tengan las distintas empresas de transporte, y elegir la que más nos guste.
4) Hospedajes eco-friendly.
Es notable como se han multiplicado los hoteles y hostels ecológicos, por lo que se vuelven una fabulosa opción para hospedarnos. Además, muchas casas, fincas y quintas ofrecen sitio a cambio de ayuda con tareas ecológicas. No solo viajamos y disfrutamos, también le devolvemos algo al lugar. De todas formas, muchos hoteles “convencionales” están haciendo pequeños cambios para gastar menos agua o producir menos residuos.
5) Menos equipaje, menos combustible.
Aunque parezca demasiado, hace una diferencia cargar con menos bolsos a la hora de viajar. No sólo para nuestra comodidad durante la estancia, sino también como forma de reducir la emisión de contaminación que supone la quema de combustible en el transporte. Por lo general siempre cargamos mucho más de lo que finalmente utilizamos, así que es una buena chance para de verdad llevarnos sólo lo necesario.
6) De la huerta a la mesa: comida ecológica en envase amigable.
Una de las cosas que más nos emociona de conocer un lugar nuevo es probar comida que jamás comimos. Es una parte central de cualquier cultura y nos permite conectar con el lugar de una forma muy especial. ¿Qué mejor si apostamos por alimentos agroecológicos, tiendas naturistas y/o cocina autóctona? Si lo hacés para llevar, podés empacar tu propio envase.
7) Reducir, reciclar, reutilizar: versión turista.
¿No cargaste tu botellón de agua? Comprá uno, pero usalo toda tu estadía. Si el agua del lugar es limpia, podés elegir tomar de la canilla. Separá tus residuos, tiralos en los cestos correspondientes. No dejes encendidas las luces, aire acondicionado o cualquier otro aparato eléctrico del lugar en donde estás, ni pongas a lavar todos los días las toallas del hotel, si no es necesario. ¡Incluso podés cargar tus propios cubiertos y totebags para evitar utilizar plástico!
Esperamos que estos consejos te sirvan de modo que viajar no sólo sea placentero, sino de ayuda para el planeta.