Si bien la diabetes no es un trastorno que invalide a las personas, sí es muy importante que en el marco de un viaje se tomen una serie de recaudos necesarios al estar lejos de casa y del médico de cabecera. Además, la relevancia de salir al extranjero con una cobertura de asistencia al viajero. ¿O conviene más un seguro de salud? Tips y respuestas en esta nota.
Las personas diabéticas saben perfectamente que este trastorno de la salud requiere un constante seguimiento médico y de una serie de hábitos cotidianos, una lógica que un viaje no interrumpe, naturalmente. Por ello es de suma importancia que los diabéticos conserven sus hábitos de salud al viajar el exterior y que, asimismo, extremen algunas precauciones en vista a que estarán lejos de su médico de cabecera, fuera del alcance de su obra social, prepaga o cualquier tipo de atención hospitalaria local.
Es de ayuda al viajero diabético tener muy presentes los cambios en los husos horarios que derivan de un viaje al exterior, ser precavidos en lo que refiere a los cambios de hábitos que el turismo propicia, ser conscientes respecto a cómo puede afectar el clima en el control de la diabetes, así como ser cuidadosos en lo que refiere a la alimentación, y prestar atención a detalles en los cuales otro viajero ni siquiera se detiene. Es sabido que la gastronomía es una de las grandes tentaciones de los viajes, y en este caso el deseo de conocer nuevos sabores debe tener un control especial.
Uno de los ítems más importantes a tener en cuenta, en este caso por parte de las personas diabéticas que son insulinodependiente, es el traslado de la insulina. En este punto, es de ayuda al viajero que sufre de diabetes adquirir bolsos que permiten mantener la temperatura adecuada para trasladar la insulina, también conocidos como “carteras de frío”. Más detalles sobre este útil implemento pueden ser consultados en este video que muestra uno de los modelos disponibles en el mercado.
En cuanto a la conservación de la insulina, es importante consultar si los sitios de hospedaje cuentan con heladeras. Además de los imprescindibles medicamentos, en un bolso de mano es importante colocar los alimentos para rebatir la hipoglucemia.
Un detalle que puede ser evidente pero que entre tantas tareas a veces puede ser omitido: todos los elementos para el tratamiento de la diabetes (insulina, tiras reactivas, agujas, bomba de insulina, medicamentos, etcétera) deben ser llevados en un bolso de mano y no dentro del equipaje; tanto por el eventual daño que podrían sufrir así como por la necesidad de tenerlos a mano en caso de ser necesario. Si se viaja en compañía, una buena idea es repartir la medicación en los respectivos bolsos de mano. Por lo demás, especialistas en este terreno aconsejan duplicar o triplicar la cantidad de medicamentos durante un viaje.
Es de ayuda al viajero con diabetes tener en cuenta que las bombas de insulina pueden sonar en los controles de estaciones de tren y aeropuertos; por ello se aconseja que el viajero dé aviso al personal de seguridad respecto al traslado de este elemento, exhibiendo una constancia médica, tal como detallamos en lo que sigue.
Según aconsejan desde la Fundación para la Diabetes, los viajeros que sufren este trastorno y se trasladarán en avión deben llevar consigo un informe médico, en idioma inglés en el caso de viajar a un país en el que no se hable español, que será útil tanto para la aerolínea como para entregar información certera a un médico en el país de destino en el caso de ocurrir una situación de urgencia. De acuerdo a la antes mencionada Fundación, si fuera necesario comprar insulina en el exterior es de suma importancia chequear la concentración de la misma, pues esta variable puede diferir según los países.
Una duda usual entre los viajeros que sufren diabetes es si la dosis debe variar en estas situaciones. En este punto es siempre una ayuda al viajero diabético saber que el mejor consejo será dado por su médico de cabecera, que sabrá evaluar si los cambios de temperatura, humedad, hábitos de alimentación propios de un viaje, etcétera, ameritan incrementar la dosis de insulina. Lo mismo ocurre con los cambios en los husos horarios: cuando se viaja al exterior, el paciente diabético debe informar al profesional cuál será el destino de su viaje para así poder ajustar la medicación.
Otras variables a tener en cuenta en lo que refiere a la administración de la medicación: el incremento de la actividad física durante un viaje; la correcta hidratación en sitios con temperaturas muy elevadas; y primordialmente la dieta.
Finalmente, es sumamente aconsejable que una persona que sufre diabetes viaje con la protección que ofrece una cobertura de asistencia al viajero, informando al prestador respecto a esta condición de su salud. En este caso, es importante que el viajero se asesore respecto a los trámites específicos que debe realizar en caso de necesitar asistencia en el exterior.
Para los diabéticos, ¿es conveniente un seguro de salud o un plan de asistencia al viajero? Esta decisión dependerá de cada persona, siempre que se conozcan los detalles de cada modalidad de asistencia. En este punto es bueno saber que mientras que los seguros de salud operan con la modalidad de reembolso, la asistencia al viajero es una cobertura que opera en el mismo momento en el que ocurre una eventualidad de salud, legal, etcétera, durante un viaje. En este orden, siendo que una persona diabética es más propensa a precisar una asistencia, parece ser más ajustada a su condición un servicio de asistencia al viajero que cubra sus necesidades en el momento y lugar.
El tip fundamental: siempre consultar al médico cabecera, informando respecto al viaje y sus características particulares. Un profesional de la medicina sabrá indicar cuáles son los recaudos específicos que el viajero deberá aplicar durante unas vacaciones, un viaje de estudio o trabajo; pues en el exterior es cardinal aplicar determinados hábitos para que el diabético también pueda disfrutar al máximo de su aventura turística.