Viajar lejos de casa no es lo mismo que tomarnos una semana a unos cientos de kilómetros de nuestra ciudad. El desconocimiento de la cultura, de la geografía y hasta del idioma no juegan a nuestro favor en caso de una emergencia. Si vamos a realizar un viaje relativamente largo y a un destino lejano, un seguro de asistencia en viaje resulta imprescindible.
Cuestiones de dinero: el seguro de asistencia en viaje no es demasiado costoso y cubre casi cualquier aspecto que involucre u desembolso de dinero en caso de urgencia. Desde el pago por servicios médicos hasta envío de dinero en caso de que nos roben, el seguro estará allí para sacarnos del apuro y resolver la situación lo más beneficiosamente posible.
Cuestiones de salud: el seguro que contratamos cubrirá un gran espectro de situaciones en la que requiramos atención médica. No hace falta pensar en situaciones dramáticas, el seguro de asistencia en viaje se aplica a nuestra salud cotidiana: podremos llamarlos sin costo desde el lugar del mundo en donde estemos para que nos indiquen dónde queda el odontólogo más cercano que pueda resolvernos el molesto dolor de muelas que tenemos y que amenaza con molestarnos durante todas nuestras vacaciones.
Cuestiones legales: el seguro que contratemos también deberá proveernos de asistencia legal. Esto es especialmente importante en países donde no conocemos el idioma, las leyes ni el sistema de justicia. Este desconocimiento nos puede meter en serios problemas, problemas que pueden evitarse muy fácilmente con sólo contar con un abogado que nos informe y nos indique cómo proceder en caso de tener algún contratiempo con la justicia.
Estos tres aspectos cubren casi todo lo que no queremos que nos pase en nuestras vacaciones, pero que, si sucede y no tenemos un seguro que nos ayude, un problema menor puede ocasionarnos un terrible dolor de cabeza y arruinar por completo nuestro viaje.