Hay personas que asocian el viaje de los jóvenes, generalmente de mochileros, con un viaje caótico, desordenado y desorganizado, sin preocupaciones de ningún tipo y yendo para donde tire la marea.
Puede ser relativamente cierto que el viaje de mochileros que emprenden gran cantidad de jóvenes por todo el mundo sea menos estructurado que el de los adultos con familia, pero principalmente se trata de que es un viaje movedizo en lugar de estático nada tiene de desorganizado.
De hecho, un viaje de mochilero requiere mucha mayor planificación que unas vacaciones en un hotel 5 estrellas.
Los mochileros deberán organizar un itinerario, racionar el dinero, calcular los tiempos de traslado, armar el equipaje suficiente sin que éste sea excesivo, etc. Por ello, nada indica que un mochilero no contrate un servicio de asistencia al viajero. Veámoslo desde una perspectiva realista y por fuera de la fantasía que muchos se han creado en relación a las vacaciones de los jóvenes.
1. Un viaje de mochilero puede recorrer muchos países, en muchos de los cuales no se conocerán el idioma, la cultura ni tan siquiera el ordenamiento geográfico ni urbano.
2. Sumado a esto, el mochilero viaja con muy poco efectivo encima, dado el tipo de traslados y alojamientos que utiliza.
3. Este tipo de viaje puede modificarse a mitad de camino saliéndose completamente del itinerario planificado en pos de ir en búsqueda de un lugar desconocido y aparentemente fascinante.
4. El mochilero es mochilero porque viaja de ese modo. En el 99% de los casos no son expertos en supervivencia, personas de una resistencia física privilegiada ni tienen ninguna cualidad distintiva. Por lo tanto, las actividades, muchas veces arduas, que realizan durante sus viajes les son completamente extrañas.
Si sumamos estos 4 factores con la logística previa a unas vacaciones “de mochila” obtenemos como resultado una necesidad obvia de contratar un servicio de asistencia al viajero que cubra las eventuales tratamientos médicos, los medicamentos, el envío de efectivo en caso de emergencia o robo, la logística y compensaciones para recuperar equipaje extraviado (que es doblemente importante para un mochilero que para otro viajero) y que preste asistencia de tipo general cuando el asegurado se encuentre realmente perdido en un sitio donde no conoce idioma, geografía, cultura y lo único que tiene a mano es una cabina telefónica y un número de teléfono gratuito al que llamar para que lo saquen del apuro.