Aquí te contamos los aspectos, no menores por cierto, que diferencian a estas dos modalidades de cobertura. El dilema entre la previsión y el ahorro. ¡A tomar nota!
Diversos informes elaborados por compañías del sector de turismo y servicios de ayuda al viajero coinciden en señalar que un gran porcentaje de los turistas argentinos que viaja al exterior (en rigor la mitad de ellos, una cifra que puede resultar de veras alarmante) emprende la aventura del viaje sin haber contratado un plan de asistencia al viajero, o bien un seguro de viaje. Además, quienes contratan algún tipo de cobertura, sea cual fuere entre las disponibles, ¿saben a ciencia cierta cuáles son las diferencias entre un plan de ayuda al viajero y un seguro de viaje? ¿Cuál es la diferencia entre ambas modalidades, y qué elementos comparten? La evidencia demuestra que existe una confusión generalizada respecto a estas formas de protección a la hora de alejarse de casa.
En esta nota te contamos las variables que diferencian a estas propuestas, sin que ello suponga que una sea mejor que la otra. A fin de cuentas, todo depende de las particularidades de cada viajero, de las características del viaje, y más. Por caso, no será lo mismo viajar por negocios, por placer o para hacer deportes extremos; como tampoco es igual viajar solo o acompañado. También hay que tener en cuenta posibles enfermedades preexisentes, o por caso si la que viaja es una mujer embarazada. Pero vayamos a la temática que nos convoca en esta nota.
Ayuda al viajero y seguro de viaje: Todo lo que hay que tener en cuenta
Como puntapié para adentrarnos en las diferencias entre un plan de ayuda al viajero y un seguro de viaje, es preciso notar que el primero supone un paquete de servicios que tiene en su transfondo a un equipo multidisciplinario, y que a su vez abarca múltiples aspectos y eventualidades que puedan surgir en el viaje. En cambio, el seguro de viaje supone una suma de asegurar que se paga en el caso de que surja algún imprevisto; el usuario luego debe solicitar el reembolso, en caso de haber gastado dinero durante el viaje en alguna eventualidad contemplada en el plan que ha contratado.
En esta dirección, mientras una cobertura de asistencia al viajero actúa en el momento preciso en el que ocurre un imprevisto durante el viaje; el seguro de viaje actúa a posteriori. Así, la temporalidad es una de las variables fundamentales a tener en cuenta para distinguir estos dos tipos de cobertura a la hora de emprender un viaje. Esto nos ayudará a elegir contando con todas las cartas en la mano. Pero hay más.
En términos concretos, los servicios de ayuda al viajero implican puesta en marcha en el mismo momento en el cual el viajero precisa algún tipo de asistencia, sea médica, de orden legal, asesoramiento, etc. Además, lo hace sin importar la hora o el lugar del acontecimiento. Por contrapartida, el seguro de viaje actúa reembolsando. O sea, lo hace en una instancia posterior al evento, entregando al cliente el dinero gastado que ha tenido que abonar ante una eventualidad durante su estadía en el exterior.
Los servicios de asistencia al viajero cuentan con algunas ventajas en términos de comodidad para los viajeros. Por ejemplo, ante un eventual problema de salud durante el viaje, un plan de ayuda al viajero cuenta con un equipo de médicos para auxiliar al viajero. En caso de viajar habiendo contratado un seguro de viaje, es el cliente quien debe contratar por su cuenta el servicio de un médico en el exterior, abondar la tarifa y luego pedir el reembolso.
Si bien hemos repasado una serie de diferencias entre la ayuda al viajero y el seguro de viaje que «dejan mejor parada» a la primera alternativa, hay que tener en claro que la conveniencia de una u otra depende siempre de las particularidades de cada viajero. En definitiva, son servicios diferentes que coinciden en proteger al viajero, cada una a su modo y a su propio tiempo establecido.
Todos sabemos cuán importante puede resultar la asistencia médica en el exterior. Por ejemplo, quienes viajen a un país del cual desconocen el idioma, podrían preferir un plan de asistencia al viajero. Siendo que el seguro de viaje no brinda asesoramiento in situ (como hemos visto, reembolsa a posteriori) el viajero deberá buscar por su cuenta un médico y en este caso también es fundamental la comunicación entre las partes. En cambio la mayoría de los planes de ayuda al viajero ofrecen asesoramiento en el idioma de quien contrata el servicio, incluyendo un equipo de profesionales que también habla el mismo idioma.
De hecho, los problemas relacionados a la salud son los más frecuentes por un abrumador porcentaje. Se calcula que el 85 por ciento de las asistencias están vinculadas a malestares de salud, seguido por pérdida de equipaje, y luego por problemas en los vuelos.
Los viajeros frecuentes lo tienen claro: elegir entre un servicio de ayuda al viajero, sea asistencia al viajero visa, asistencia al viajero mastercard, asistencia al viajero american express, u otras ofertas en el sector, dependerá del presupuesto que desea destinar el viajero. En esta línea, mientras que los planes de ayuda al viajero brindan tranquilidad desde el minuto cero del viaje y cierta organización, el seguro de viaje tiene como ventaja que no se gasta dinero de antemano.
Como punto en común, ambos ofrecen protección, cada una a su modo. Quienes optan por un servicio de asistencia al viajero suelen argumentar que esto no hay que tomarlo como un gasto, sino como una inversión. A la hora de contratar una de estas coberturas, siempre hay que tener en cuenta las particularidades del viajero y del viaje en sí, tal como hemos dicho anteriormente, y a su vez tener presente que algunos países exigen contar con un determinado plan de asistencia al viajero y cobertura médica internacional. Por ejemplo, en la mayoría de los países de Europa es requisito exhibir una plan contratado que contemple 30,000 euros como mínimo, una lógica que también aplica a los que desean viajar a Cuba.