Casi parece un chiste que comienza “Querido Santa, este año me he portado muy bien y por eso te pido que me traigas un seguro de viaje que cumpla todos los requisitos legales y técnicos…”. Sin embargo, no estamos haciendo ningún chiste. De hecho, es una idea que se está popularizando en aquellos países donde las vacaciones de verano y la navidad se encuentran muy próximas una a la otra.
Los seguros de viaje son muy importantes para cualquier viajero y para aumentar la calidad de las vacaciones, no obstante lo cual todavía no se ha creado el hábito de incorporarlo casi automáticamente dentro de la planificación de nuestras vacaciones. Por lo tanto, dado que en navidad casi no queda más remedio que gastar mucho dinero en regalos, una idea que se populariza rápidamente es regalarse pólizas de seguros de viaje para las vacaciones que se acercan. Es una especie de juego, ya que se regalan pólizas entre las personas que van a viajar juntas. Sería un poco raro pedirle a una tía lejana que nos traiga como obsequio un contrato con una equis que indique dónde firmar.
Claro que cuando los padres les “regalan” la cobertura a sus hijos ésta debe ir acompañada de algún juguete o algo que realmente les guste. Entre adultos es una forma de ahorrar dinero, con los niños es otra historia. Invertir el dinero que gastaríamos en un regalo de ocasión en un seguro de viaje que aumente la calidad de nuestras vacaciones es, además, un presente compartido porque lo disfruta tanto el que lo recibe como quien lo obsequia. Esta tendencia, de todos modos, no tiene que hacernos perder la elegancia. Podemos regalarle una póliza a nuestra pareja, podemos ahorrarnos el dinero de una cartera en una inversión para nuestras vacaciones, pero eso no quita que junto con el seguro venga su flor preferida para recordarle que nunca nos olvidamos de ella.