En una situación ideal, salimos de viaje y todo sale la perfección, nuestro equipaje llega a la hora correcta, al destino correcto, no se nos extravía ningún documento importante y menos nos lo roban y toda la deliciosa comida que probamos en el exótico paraje que estamos visitando nos sienta a la perfección. Pero claro, las situaciones ideales no existen, ¿verdad?
De hecho son muy pocas las personas, cuyo estómago no se resiente con un cambio de dieta tan radical como aquellos que frecuentemente experimentamos durante los viajes a lugares distantes o fuera de nuestro país de origen, y es que no solo se trata de los condimentos empleados o del tipo de cocción, hay muchas otras variables en juego como por ejemplo el efecto que tiene la presión atmosférica sobre el proceso digestivo y el tipo de agua habitual en la localidad, ya que es bastante conocido que el agua tiene gran cantidad de elementos inorgánicos y sales que varían enormemente de región a región.
Y es que parte de la aventura de conocer un lugar nuevo, es definitivamente, probar la culinaria local, quienes hemos viajado a lugares alejados sabemos que la mesura a la hora de comer no es precisamente nuestra mejor virtud. Muchas veces los problemas de salud durante un viaje, pueden ser algo más serios que un leve dolor de estómago. “La enfermedad del viajero” es el nombre genérico con el que se le conoce a toda enfermedad gastrointestinal que aqueja a una persona que no es oriunda de la zona, “enfermedad del viajero”, es un eufemismo, es la manera agradable de referirse a una infección gastrointestinal con todos los síntomas que esta presenta: diarrea, náuseas y en algunos casos vómitos, esto además del cólico o dolor estomacal.
Un seguro médico de viaje, seguramente nos será de mucha ayuda, si somos turistas aventureros y exploradores gastronómicos, que no pensamos perdernos los exóticos potajes locales en cada locación que visitamos, puede que nunca experimentemos la enfermedad del viajero, sin embargo existen muchos problemas de salud que podrían aquejarnos en plena travesía y arruinar la maravillosa experiencia que debería ser nuestro viaje, una oportuna visita a un buen servicio médico cercano recomendado por nuestro seguro médico, con los gastos cubiertos por este, seguramente nos librarán de pasar un par de días -cuando menos- postrados en cama. Incluso si somos personas con la salud a prueba de hierro, viajar con un seguro médico de viaje adecuado hará que nuestra travesía transcurra de una manera tranquila y sosegada, sin el temor permanente de sufrir algún percance y no contar con la ayuda inmediata que se requiere.