Este mes comienza el momento de año en que
todo el país comienza a irse de vacaciones a distintos destinos turísticos.
Algunas personas optan por recorrer lugares dentro del país y otras optan por
viajar al exterior. Si bien la cobertura que brinda un servicio de asistencia
al viajero es útil para ambos casos, lo cierto es que este servicio está
especialmente dirigido a quienes viajan al exterior.
¿Por qué ese público tiene algo de especial?
En sí mismo, el conjunto de personas que optan por viajar fuera del país en
lugar que por dentro de él no tiene nada de particular, lo que sucede es que el
hecho mismo de cruzar la frontera nacional implica dejar atrás ciertas
seguridades. Digámoslo más claramente: si estamos dentro del país, como
ciudadanos del mismo tenemos derecho a atención médica gratuita en cualquier
circunstancia (desde un accidente grave hasta un dolor de muelas) y tenemos la
posibilidad de contar con un defensor oficial en caso de tener problemas con la
ley. Esto no es así en el exterior.
En algunos países tendremos alguno de estos derechos sólo por el hecho de que la legislación local considera a cualquier ser humano como sujeto de derechos médicos, legales o de los que se trate. Sin embargo, muchísimos países, especialmente los más turísticos del mundo, le cobrarán al turista en caso de que haga uso de servicios de salud o asistencia legal. Los costos en estos rubros son prohibitivos y es ahí donde el servicio de asistencia al viajero cobra sentido. Pagar la asistencia médica en caso de accidente es casi imposible para una persona promedio. Estamos hablando de cientos de miles de dólares frente a un servicio de asistencia al viajero que apenas repercute en los gastos de nuestras vacaciones.