Ya entramos en época de vacaciones. Muchos ya han planificado su viaje y otros están aún en ello. En este artículo queremos ocuparnos específicamente de quienes hacen por primera vez un viaje de vacaciones familiar siendo padres o madres. Dicho más fácil: es un artículo para padres primerizos que por primera vez se van de viaje con su hijo. No abordaremos temas de tipo relacional, emocional o de crianza, eso lo dejamos para los expertos en niños. Nosotros nos ocuparemos de, si se quiere, cierto aspecto emocional y, a la vez, objetivo de los padres viajando por primera vez con su primer hijo.
Este primer viaje inaugura algo en nosotros: un sentimiento de responsabilidad y de cierto temor frente a las vacaciones. Somos responsables del bienestar de nuestro hijo en un lugar que no conocemos, en el cual quizá no hablamos el idioma, donde no tenemos cerca a nuestro pediatra, etc. Entonces, es en este momento cuando el seguro de viaje se hace una opción inevitable para los padres. Muchos de ellos seguramente solían viajar sin seguro alguno. Esto no es para nada conveniente, pero, a fin de cuentas, ellos decidían correr sus propios riesgos. Ahora viajar sin seguro es exponer a nuestro hijo a riesgos que él no puede decidir correr ni nosotros mismos queremos que esté en ninguna clase de situación ligeramente peligrosa.
No hay que ser extremistas. Miles de
familias vacacionan por el mundo y no tienen el más mínimo problema. No
obstante, padres primeros sumados a un niño pequeño y un destino poco familiar
es una combinación explosiva. Supongamos un caso de absoluta rutina tanto en
casa como de vacaciones: nuestro hijo de un año y medio tiene fiebre. Muchos
padres, por indicación del médico, le dan unas gotas de ibuprofeno a su hijo a
la espera que la fiebre se pase rápidamente sin que haya ninguna clase de
problemas. Sin embargo, no estamos contando con la ansiedad de ser padres
primerizos y, encima, de estar en un lugar desconocido. No queremos o no
podemos esperar, queremos que un médico revise ya mismo a nuestro hijo.
Si no contamos con un seguro médico, en muchísimos países del mundo pueden negarnos atención médica gratuita debido a que no se trata de una emergencia. Pagar en moneda extranjera en una clínica prestigiosa (que es a la que obviamente vamos a ir porque no conocemos nada sobre el sistema de salud de donde estamos y queremos estar seguros de llevar a nuestro hijo a un centro de atención indicado) por algo tan simple como un poco de fiebre en un niño puede salirnos más caro que todo nuestro viaje. Si tenemos seguro de viaje, este tipo de atención no nos costará un centavo y, además, podremos contactar a nuestra empresa aseguradora para que nos recomiende un lugar indicado para que atiendan a nuestro hijo.
Nos parece redundante seguir dando ejemplos económicos, emocionales y de cualquier otra índole sobre este tema. Creemos que esta breve mención es suficiente para darle a entender a los padres de qué manera pueden seguir planificando sus vacaciones con su primer hijo sin que por ello se vean envueltos en situaciones angustiantes o por fuera de su control. Tomemos los recaudos correspondientes y pasemos unas maravillosas e inolvidables primeras vacaciones con nuestro hijito.