Las personas que tienen enfermedades conocidas con características tales que no sería raro que las conduzcan al hospital durante sus vacaciones tienen que ser muy cuidadosas a la hora de elegir la empresa y la cobertura para su seguro de viaje. No todas las enfermedades requieren atención médica de urgencia y, de las que sí la requieren, no todas son un riesgo siempre y cuando se eviten determinadas actividades. Dicho esto, mejor estar prevenidos para no ponernos en riesgo sin sentido ni arruinar unas vacaciones que, con un buen seguro, quizá sólo se verían apenas interrumpidas por una breve visita al hospital.
Seamos concisos en la exposición.
1. Hay compañías de seguros de viaje que no cubren enfermedades preexistentes. No tiene el más mínimo sentido ocultar nuestra enfermedad para conseguir la póliza, ya que ésta no cubrirá ningún gasto derivado de dicha condición y lo único que haremos será sumarnos un problema extra.
2. De las empresas que sí cubren enfermedades preexistentes las hay de varios tipos. Las formas clásicas son: cobertura de gastos por estabilización y compensación frente al riesgo inminente y las que también cubren el tratamiento clínico correspondiente. Ésta última opción es la que nos interesa.
Elegida esta opción, todavía queda pendiente la cuestión del monto de la cobertura.
Los seguros de viaje más baratos tienen una cobertura acotada por gastos médicos. Si tenemos una enfermedad que ya sabemos que requiere internación, aparatología compleja, procedimientos costosos, lo mejor es escoger la cobertura por gastos médicos que más se aproxime a una cobertura ilimitada. El costo de la póliza siempre será infinitamente más bajo que haceros cargo del costo del tratamiento por nuestra cuenta.