Los argentinos tienen a Miami como destino internacional número uno. Gran cantidad de pasajeros que viajan a La Florida no saben que el sistema de salud de los Estados Unidos tiene un funcionamiento completamente diferente al argentino: la falta de seguro de salud dejará sin atención médica no sólo a los turistas sino a los propios ciudadanos estadounidenses. El sistema de salud de los Estados Unidos es prácticamente único en el mundo por su carácter tan marcadamente orientado al lucro y por lo estricto en cumplir esta regla de oro, nunca mejor utilizada la expresión.
Un turista que se accidenta gravemente en los Estados Unidos
tiene dos opciones: es simplemente estabilizado para que no muera (pero no
recibe ningún tratamiento curativo, sólo el mantenimiento de la vida orgánica
hasta lograr expulsarlo del centro médico lo antes posible) o bien paga de su
bolsillo el tratamiento médico (el cual, de más está decir, cuesta miles y
hasta millones de dólares).
Viajar a los Estados Unidos, aunque no sea más que para hacer una escala de 3 horas en camino a otro destino, sin seguro médico es directamente una locura. No sólo se pueden arruinar nuestras vacaciones por una simple esguince de tobillo sino que corre riesgo nuestra vida. Las personas no acostumbradas a contratar seguro de viaje suelen creer que es algo muy costoso. Si pensamos comparativamente, poniendo por un lado el costo de la atención médica estadounidense y por el otro el costo del seguro de viaje, la diferencia es astronómica. Ahora bien, sin necesidad de compararlo con el tratamiento médico más caro del planeta, por sí mismo el seguro de viaje no es costoso: no es más que un mínimo porcentaje del total de lo que teníamos pensado gastar en nuestro viaje (pasajes, alojamiento, excursiones, etc.).